Monday, December 1, 2008

El Pasaporte de Santa Claus


Ya por estas fechas empezamos a oir ininterrupidamente el tintileo de las campanitas y los villancicos de Navidad. Asimismo, las tiendas --que parecen ser las que más se benefician de la temporada-- engalanan sus vitrinas con ingeniosos arreglos para atraer a los clientes. Los escaparates se visten de abundantes regalos y de un raudal de juguetes para niños y niñas de todas las edades. Las calles están cubiertas de adornos, hay luces de todos los colores brillando por doquier, y por las ventanas de algunas casas se vislumbran los árboles de Navidad emperifollados con una infinidad de ornamentos. Sin embargo, lo que más se advierte y se espera con gran anticipación, es la llegada de Santa Claus -Papa Nöel- la noche de Navidad.

Pero, ¿de dónde salió este simpático y rechoncho sibarita que se aparece una vez al año trayendo juguetes a los niños que se han portado bien durante el año?

¡De la Coca Cola!

Todo empezó hace miles de años, antes del cristianismo, cuando los pueblos del Norte festejaban el solsticio de invierno, el momento en que el Sol empieza su curso ascendente. En aquel entonces, en honor al Sol, se hacía culto al árbol de fuego que llegó a convertirse en nuestro árbol de Navidad. El que presidía esta ceremonia era, por lo general, el chamán (el druida) de la aldea, considerado en algunos pueblos como la incarnación del Dios Odin. El chamán era el guardián del fuego, de las tradiciones y el que más conocía los movimientos de los astros, los equinocios y los solsticios. Se vestía con muchas pieles y lucía una barba blanca. En la ceremonia se ofrecían regalos que se colgaban sobre el arbol como muestra de veneración hacia el Dios del Fuego.

Al implantarse el cristianismo, estas fiestas se fueron incorporando dentro de los cultos cristianos. La iglesia, al adquirir más poder, superpuso sus propias ceremonias encima de las fiestas y los carnavales paganos que se practican en estas fechas. De esta manera, el nacimiento de Jesús (que según algunos teólogos nació en Abril) se cambió al día 25 de Diciembre para que reemplazara a la fiesta del Sol, el Dies Invicti Solis, y al día 6 de Enero, que era el preludio carnavelesco de la fiesta del Asno, se superpuso la Epifanía, el día de los Tres Reyes Magos. Muchos antiguos Dioses cambiaron de nombre y de panteón y se incorporaron al santoral cristiano. También le tocó el turno a Odin que se convirtió en San Nicolás, el santo patrón de los marinos, los comerciantes, los ladrones y las prostitutas. En algunas partes de Europa era retratado como un hombre barbudo que montaba un caballo blanco y pagaba las dotes de las damiselas que no tenían mucho dinero.

A principios del siglo XIX, la imagen de San Nicolás se modernizó y se convirtió en un hombre de estatura pequeña que asustaba a la gente. Esta imagen de San Nicolás duró más de cien años. Pero en 1931 todo cambió. La Coca Cola buscaba la manera de promover su bebida para los niños (entonces era ilegal para niños) y decidieron cambiar al pequeño hombre que asustaba a la gente y que vestía un traje oscuro por un gordo, rechoncho y con cara de bonachón que lucía un traje con los colores de la empresa (blanco y rojo). Así nació Santa Claus, con los mofletes colorados, la sonrisa siempreviva y una botella de Coca Cola en la mano.

A pesar de las peripecias que su imagen y su nombre hayan tenido que soportar, Santa Claus (Papa Nöel, San Nicolás, Sinterklass, Odín) sigue siendo un personaje mágico y mítico de nuestra pasado colectivo. No sólo eso sino que también representa la ilusión y la esperanza de miles de niños que todavía viven rodeados de un mundo de magia y fascinación. También representa aquellas extraordinarias personas que están más a tono con los ciclos de la naturaleza, personas de buena voluntad que ofrecen regalos a los necesitados y consuelo a los que sufren. Y aunque los comerciantes del templo lo hayan convertido en una promoción comercial, en un adorno de Navidad, Santa Claus sigue siendo un símbolo de tradición, continuidad y buena fe.

Así que acuérdase esta Navidad, este solsticio de invierno cuando el Sol vuelve a brillar con más luminosidad: si Santa Claus baja por su chimenea y entra en su casa, eso quiere decir que los viejos Dioses no han muerto, que el mundo mágico todavía persiste y que le faltarán varias botellas (o latas) de Coca Cola en la nevera al día siguiente. ¡Felíz Navidad y Prospero Año Nuevo! (© M. Miranda 2008. All Rights Reserved.)

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